domingo, 25 de mayo de 2014

De palabrotas, juramentos y otras lindezas

Cuando era pequeñita, era muy repipi. Pero muuuy repipi. Mi repipismo llegaba hasta tal extremo que casi no decía "culo" ni "pedo". Mis hermanos, bromistas como ellos solos, decidieron gastarme una broma. Estaba yo tan pancha en la cocina desayunando chococrispis. Llegaron ellos, y me preguntaron si quería que aparecieran un montón de globos amarillos en el techo. Abrí los ojos como dos platos, y dije muy ilusionada que sí. El amarillo era mi color preferido y a todos los niños les gustan los globos que flotan hasta el techo, fuera cual fuera la oferta no la podría rechazar. "Tienes que decir caca-caca-caca", me dijeron ellos. "¡No!", dije enfadada. "Bueno, pues si no quieres que aparezcan los globos, no pasa nada", y se iban. "¡Espera...! ¡Caca, caca y caca!". "Ahora tienes que decir "culo-culo-culo". Dudé unos momentos. "Culo... culo... culo". "Y ahora, purrú-purrú-purrú" (un purrú es un pedo). "!Purrú... purrú... purrú!". Mis hermanos se fueron de la cocina corriendo y partiéndose de risa. Yo me quedé unos minutos mirando para el techo, hasta que la realidad me abofeteó en toda la cara y comprendí que los globos no iban a aparecer. Ese día comprendí que no podía creerme todo lo que oía, y que no pasa nada por decir cacaculopedopis. Otra de sus bromas preferidas era pedirme que dijera, muchas veces y muy rápido, "damier" o "ñoco", sólo para oír cómo sonaba una palabrota saliendo de mi boca. Yo me enfadaba muchísimo.



Por eso este post no va dedicado a las palabrotas que salen de mi boca, porque por suerte o por desgracia sigo siendo una cursi de manual y digo muy pocas. Sobre todo me sale alguna cuando el mobiliario y los utensilios de mi casa se confabulan para atacarme (ya sabéis, patas de mesas que mutilan meñiques de los pies, manillas de puertas que enganchan mangas de batas de casa, esquinas de muebles aficionadas a crear hermosos moratones...), y también me sale alguna cuando me tomo un par de cervezas. El resto del tiempo sólo me falta decir "chachiruli" para ser la Soraya de la serie Aída. Como me decía un amigo, "eres más cursi que un sacho con pegatinas". 



Para sustituir tan ricos vocablos de nuestro idioma, me suelen salir de manera natural cosas tan ridículamente repipis como "jolines", "ostris", "mecachienlamar" o "carambas". Y eso que en gallego también tenemos un amplio abanico de tacos perfectamente adaptables a cualquier conversación. Yo tengo la teoría de que las palabrotas clásicas en gallego suenan menos bestias. No es lo mismo un "mierda" que un "merda", que suena mucho más dulce, dónde va a parar. Pero digo que eso ocurre con las palabrotas clásicas, las típicas, porque merecen mención aparte los juramentos. Los juramentos en gallego pueden sonar mil veces más brutos que en otro idioma, además los hay extremadamente originales. Pongo varios ejemplos reales de juramentos oídos por mí. No son de los más brutos que existen, y creo que no hace falta traducción:


- "Vai cagar a Betanzos".


- "Que che foce o porco". 


- "Escapou como peido de puta". 


- "Me cajo en San José Obrero". 


- "Me cajo en San Petersburgo" (ésta es mi preferida para cuando ya no quedan más santos con los que jurar)


- "Me cajo nos santos eléctricos, na jasolina bendita e na concentración parcelaria".


- "Me cajo en tódolos santos metidos dentro dunha botella con San Pedro de tapón". 



Me gustaba mucho también una frase que decía un personaje que salía en Buenafuente, no recuerdo el nombre del personaje pero estaba interpretado por el que hizo del Chikilicuatre. Al hombrecillo este siempre le salían las cosas mal, y el pobre decía "me cago en mi mierda". Siempre me pareció una gran expresión de la frustración y una redundancia maravillosa.




Pero las reinas de las palabrotas, los tacos supremos, la gran hermosura de nuestro lenguaje, son las palabrotas inventadas. ¿Cómo que las palabrotas inventadas?, me preguntas mientras clavas en mi pupila tu pupila azul. Me explico.


Ciertos miembros femeninos de mi familia que no voy a identificar para que no se enfaden, pero ella sabe quién es (jojojo), no solían decir muchas palabrotas. Por eso, cuando se les iba a escapar alguna, empezaban a decirla, pero lo intentaban remediar terminándola de otra manera. Por ejemplo:


- "Jode...lín".


- "No te jod...oba".


- "Put...ñetera". 


- "Co...ngojos". 


Lo mejor viene cuando el enfado, el ímpetu o la indignación son tan fuertes que con una palabrota no basta, hay que mezclar dos. Ahí es cuando ocurre la magia y surgen joyas como éstas:


- "¡Cojoños!" (mi preferida del mundo mundial)


- "¡Cajaños!"


- "¡Cañaños!"


- "¡Joñeñes!"




Y por último, pero no menos importante, voy a contar una historia. En casa de mi abuela teníamos una lámpara como ésta:




Un día la mala suerte hizo que el foco auxiliar atacara a mi abuela al igual que a mí me atacan los muebles de mi casa, y acabó en su ojo. No fue grave, una pequeña quemadura superficial en el párpado. Ella, contándonos el suceso, dijo: "Y se me metió el foco en el ojo, y yo dije: ay, madre de mi alma, fíjate tú, cómo me quemé". Ataque de risa general en la familia. "Sí claro, abuela, seguro que dijiste eso al quemarte el ojo, seguro que no soltaste sapos y culebras". Desde entonces, en mi familia esas lámparas se llaman "aymadredemialmafíjatetú". Aún el otro día le dije a mi madre que tengo que comprar una bombilla para el aymadredemialmafíjatetú de mi despacho.



¿Y vosotros? ¿Tenéis alguna palabrota preferida? ¿Alguna inventada? ¿Algún juramento original?


5 comentarios:

  1. jajajajajajajajajajaja, asi me gusta!!! que se note que soy una mala influencia para ti (aunque intentes remediarlo con todos los unicornios y arcoiris del mundomundial) eres unica!!! como un sacho con pegatinas de la kitty!!!!jajajajajajajaaja. en serio... me meo... no puedo... XDDDD

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    1. Sabía que te iban a hacer gracia los juramentos, jajajajaja!! Pues te juro que son todos verídicos, y seguro que luego me voy acordando de alguno más. La verdad es que tenías razón, era una buena idea para un post :D

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    2. ya sabes que yo soy mas de los clasicos... XDDDDD. vete empezando a editar el libro de "las cosas inventadas de la Koki", XDDD

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  2. Me encantó el post! Muy diovertido, yo de pequeña tampoco decia ni una sola palabrota, y quien me oiga ahora... jejeje
    Aqui al ladito, en Asturias decimos mucho: me cago en mi mantu y me cago en las pitas de grao. Me encantan! jejeje.
    Y que graciosa la anecdota de tu abuelina!!
    BEesos!

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    1. Si es que al fin y al cabo Galicia y Asturias son primas hermanas. Y cuando queremos somos muy correctos, pero cuando nos sale el pronto, hacemos bajar a todos los santos para que luego vuelvan a subir :D
      Besos guapa!

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