lunes, 23 de febrero de 2015

Si 50 sombras de Grey ocurriera en la vida real

No vi la película, lo reconozco. El año pasado leí el primer libro, me costó un mundo terminarlo, y ya no quise leer los otros dos. Y aún así, voy a criticar el fenómeno Grey, porque me da la gana, porque es mi blog y porque no entiendo el boom de esta novela.


Atención! Contiene spoilers (y puede contener muchas inexactitudes porque hace mucho que lo leí)


Según los datos que recuerdo del libro, Anastasia es una jovencita recién licenciada, bastante pavita, que un buen día tiene que entrevistar a un ricachón famoso llamado Christian Grey. No recuerdo a cuento de qué, pero días más tarde ella se agarra una cogorza de tres pares y es "rescatada" por Grey, que la lleva a su hotel o a su apartamento o algo así. Ella se impresiona por lo guaporicoymaravilloso que es el tío este. Bueno, y porque tampoco está muy acostumbrada a que los chicos le hagan caso.

Inician una especie de "relación". Él la fuerza a que firme un contrato en el que él controla absolutamente todos los aspectos de su vida (su alimentación, su ejercicio, ¡sus menstruaciones!). No me acuerdo de si ella acaba firmando o no, pero sí accede a tener una relación sentimental enfermiza con él.

Él le regala un cochazo, un portátil y paseítos en avioneta. A cambio, se pasa el día mandándole mails para controlarla, y pretende que disfrute con el dolor físico y emocional.

El zumbado este tiene en su casa una "habitación roja" llena de fustas, cadenas y demás artilugios para hacer guarreridas. Anastasia flipa un poco (ella nunca estuvo con ningún chico y su madre se casó cuatro veces y pasa bastante de ella, así que no tiene un concepto muy claro de lo que es una relación "normal"). Anastasia acaba descubriendo que Grey también mantuvo una relación enfermiza con una señora mayor cuando era jovencito (se podría decir que fue abusado sexualmente).  Ay, amigo. Así que el maltratador fue maltratado. Anastasia se quiere convertir en su salvadora y lo quiere cambiar.

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Una mierda espichada en un palo. Si esto ocurriera en la vida real, ya no habría segundo ni tercer libro. Anastasia cree que cada decisión es suya, pero no tiene capacidad de decisión real, sino que está siendo manipulada. Es una criatura falta de cariño que se agarra al primer clavo ardiendo al que le quedan bien los vaqueros sobre las caderas, y él es una persona con un pasado lleno de traumas que no quiere curarse; a lo mejor él ni siquiera es consciente de que tiene un problema, por lo que se pasa la vida causando daño a los demás. Se aprovecha de su posición social, de su dinero, su poder y su atractivo físico. Si Christian Grey fuera un camarero mileurista, Anastasia y la diosa que lleva dentro lo iban a mandar a tomar viento.


En la vida real, al señor Grey un día se le iría la mano con los azotitos de las narices. Anastasia acabaría con moratones, se asustaría, y escaparía. Por supuesto, Grey la encontraría (me extraña que en el libro no le ponga un chip subcutáneo con GPS, es lo único que le falta). La engatusaría con cuatro tonterías, y ella volvería una y otra vez, hasta que se decidiera a ponerle la denuncia y la orden de alejamiento. En el mejor de los casos, Anastasia conseguiría escapar. En el peor, acabaría muerta y siendo una cifra más en los periódicos. Esto es así.


Por momentos pienso, "me estoy poniendo demasiado melodramática con una historia que, al fin y al cabo, es ficción?". Pero creo que no. Es ficción, pero encierra un trasfondo que no me gusta nada, precisamente por el tema de la manipulación. Grey elige a una niña de 20 años sin experiencia porque es la víctima perfecta. Con una mujer hecha y derecha de 40 años, este pipiolo no tendría nada que hacer. No es una historia en la que haya igualdad de condiciones, yo veo abuso claramente. Hay quien ve simplemente una historia de amor como otra cualquiera, pero yo no veo el amor por ningún lado. Paro ya, que me cabreo!
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