- El árbol:
Será el mismo de los dos últimos años. Blanco, cubierto de pompones de colores, y si me da el arrebato, le pongo luces (pero que no parpadeen, que las luces parpadeantes me ponen nerviosa).
- El recibidor:
Este año el mueble de la entrada es diferente, pero la decoración la voy a poner muy parecida: velitas doradas, bandeja de decoupage decorada con poinsettias, y algún detallito que se me ocurra.
- El resto de la casa:
Presidiendo el mueble del comedor, mi nueva poinsettia:
Te adopto, pequeña
Y digo nueva porque la antigua, tras un porrón de años y un mal transplante de tierra, pasó a mejor vida. Ésta lleva conmigo unos días, espero cuidarla bien y que me dure como la otra.
Pero no toda la decoración va a a ser la misma que la de otros años. Esta vez me voy a currar unos detallitos megacursis de la muerte: estrellitas de glitter.
¿Cursi yo? Noo, qué va
Dificultad: cero patatero. Se trata de una plancha de goma eva que compré en una tienda de manualidades y que ya viene con el glitter, no hay que hacer nada.
Durante el proceso
Yo lo que hice fue recortar un patrón de varios tamaños en papel, y dibujarlo en la goma eva por la parte de atrás para luego recortarlo. Listo.
Tres tamaños de estrellas
Glitter, glitter y más glitter
Compré dos planchas, una en oro y otra en plata. Cada plancha cuesta 3,50 euros donde yo las compré, pero salen una barbaridad de estrellas de cada una. La tienen en varios colores (el rosa me encanta, pero no es nada navideño). Ahora viene la parte más divertida, y que voy a reservar para este puente: llenar mi casa y la de mi madre de estrellas plateadas y doradas, pegadas con un arito de cinta adhesiva. ¡Sobredosis de purpurina!
Nota (para las maniáticas de la limpieza): Durante la realización de esta manualidad es probable que acabes llena de purpurina hasta las orejas, y tu casa también. El que avisa no es traidor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario